Conocer el tiempo que ha envejecido un vino en barrica y posteriormente en botella son datos clave para poder catalogar los distintos tipos de vino. La importancia de su edad radica en que se trata de un alimento que está vivo. Sufre cambios constantes en el ciclo de vida del vino y conociéndolos conoceremos cuál es el punto óptimo para su consumo.

Diferencias entre tipos de vinos robles y crianzas

Su principal diferencia se basa en el periodo de envejecimiento.

También influye la Denominación de Origen, ya que cada una tiene sus peculiaridades y existen pequeñas diferencias. Debido a ello, se unificaron los criterios para su catalogación en la Ley Española.

Edad del vino roble o semi-crianza

Permanece en barrica menos tiempo que los vinos crianza, el cual puede variar entre los 3 y 9 meses, siendo de un máximo de 6 meses en el caso de los Ribera del Duero. En el vino roble, no es obligatorio hacer envejecimiento en botella posteriormente.

Edad del vino crianza

Su envejecimiento es de, al menos, un mínimo de 24 meses en los tintos, de los cuales un mínimo de 12 tienen que realizarse en barricas de roble de menos de 330 litros. El resto del tiempo madura en botellas. Estas deben colocarse de forma horizontal y estar selladas con corcho. Respecto a las condiciones ambientales requeridas para el vino crianza, no tiene que haber luz directa y la temperatura y la humedad deben ser estables. Más concretamente, una temperatura de unos 15 grados centígrados y una humedad entre el 60 y 70 %.

Características de los vinos roble y crianza

Definimos los matices en los tipos de vino tinto de forma genérica. Cada Denominación de Origen y cada uva aportarán además sus particularidades que harán diferentes unos vinos de otros.

Vino roble

Tiene las virtudes de los vinos jóvenes que son más afrutados, a la vez que tiene el ligero toque de madera que lo hace ligeramente más complejo. Esa pincelada de crianza lo convierte en delicioso. Conservan el color granate con notas violáceas de las uvas con las que se elaboran. Se eliminan los excesos de los más jóvenes obteniendo un vino más equilibrado.

Vino crianza

Estos vinos se caracterizan por su color cereza. En nariz, mantiene los matices afrutados, a los que se le suman aromas a vainilla, coco y a especias de la barrica. En boca, son vinos corpulentos y redondos, pero pulidos gracias a la microoxigenación que se produce en la barrica.

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