La preocupación por el medioambiente es un problema global que se extiende a todos los ámbitos. El ser humano parece haber comprendido que solo hay un planeta y que, como tal, hay que cuidarlo. La agricultura ecológica ha sido una de las grandes apuestas en este sentido, y son muchos los viñedos que están eligiendo esta opción.

Agricultura ecológica: la importancia de la sostenibilidad

Para llevar a cabo una viticultura ecológica, se deben cumplir una serie de requisitos. Todos estos aparecen explicados en el Reglamento de Ejecución número 203/2012 de la Unión Europea.

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Mediante estas exigencias normativas, se busca conseguir un consumo mucho más sostenible de un producto tan valorado como el vino.

Para que se pueda hablar de una agricultura sostenible, el primer paso es que las uvas procedan de un cultivo ecológico. La normativa es muy clara en este sentido: no se puede utilizar ningún tipo de agrotóxicos, ni en los viñedos ni en los terrenos de cultivo. Los fungicidas sistémicos, los herbicidas químicos y los pesticidas están totalmente vetados. De esta forma, se garantiza que no habrá ninguna traza de estos elementos en el vino ecológico. Sí que se pueden emplear productos como el sulfato de cobre o el azufre, aunque su uso no es habitual.

Por otra parte, tampoco están permitidos los fertilizantes químicos. Es importante apostar siempre por abono orgánico, como puede ser la biomasa, el compost vegetal o el estiércol animal. Es un método mucho más respetuoso con el medioambiente y más natural.

Viticultura ecológica

No solo existen requisitos relacionados con el cultivo de las uvas, sino también a la hora de elaborar el vino en bodega. Por ejemplo, no se puede eliminar el dióxido de azufre mediante procedimientos físicos y tampoco se pueden emplear algunas técnicas, como la electrodiálisis o el tratamiento con intercambiadores de cationes.

Se exige, además, que el nivel máximo de sulfitos sea de 100 mg/litro para los vinos tintos. En las variedades consideradas como viticultura no ecológica, esta cifra asciende hasta los 200 mg/litro. Por otro lado, los tapones de corcho han de fabricarse con corcho natural, y en el etiquetado deben aparecer los ingredientes del vino y el proceso completo de elaboración.

Para saber si un vino es realmente ecológico, se debe buscar el etiquetado que así lo indique. Al estar esto regulado por la normativa europea, es fácil identificar el sello que señala los productos obtenidos mediante agricultura ecológica. De esta forma, se consigue que un placer tal como una buena copa de vino sea completamente sostenible con el medioambiente. Apostando por la vinicultura ecológica es posible disfrutar de la misma manera y, además, ser responsable con el entorno. Si quieres degustar un vino de calidad y elaborado de manera natural, no lo dudes y visita nuestra tienda online.